Ya bien pasada la decena de días sigues en el intento de aclimatarte, dándote cuenta que será tarea ardua por no decir imposibles siendo uno mediterráneo y de peso, la climatización es trecho angosto y de difícil consecución, intentas auto convencerte en ánimos y te das mensajes como, más liviano será el camino si te acostumbras a la camisa mojada, al pañuelo adaptado a secador de mano y al incansable sol roto, así en estas circunstancias no permites acongojarte y aparecen las primeras experiencias, unas rocambolescas, otras hechizantes y ambas revueltas siempre fascinantes. Una desconocida chofer con gorra dorada estilo hip hop te ofrece servicio de guía turística, tu instinto protector se dispara al son de exclamación propiciándole un, de cual esssssssssssss!!, y acabas con un intercambio, ella te pasea en su flamante nissan sentra año 92 con todos los cristales negro carbón por no decir negro invisible, ella dice es por el calor y tú te dices, aquí no se ve una torta y si está nublado, que es lo habitual,
la torta te la comes antes de que la veas, tu a cambio, le montas un blog de su trabajo,
http://www.panamatoursesdelina.blogspot.com/ curioso servicio de guía y transporte, deposito vacio, hiphopera panameña hasta la medula, sana mujer que prefiere que el turista desconocido sin causa ni conocimiento del entresijo vial panameño maneje el susodicho flamante, con aire que se ve y se escucha pero no se nota, con lo que sin mas de turista te conviertes en alumno de autogimcana de los arrabales balbotescos, atascos sin fin llamados tranque, será de tranquearse los unos con los otros, mulatos que para colaborar en la visión se visten de negro y cruzan sin condición, otros tantos ambulantes que se cuelan entre el trafico afanes de vender cuanto les sea posible colgarse de sus cuellos y brazos larguiruchos y en locuaz armonía toda una sinfonía de bocinas en competición algunas provenientes de los autobuses,
acertadamente llamados diablos rojos, te propician toda la información para mantenerte lucido, no te preocupes que no das cabezadas, no hay nada mejor que el relajo de una comida después de la clase de autoescuela, tostones que es, plátano, verde, gordo, grande como pepino (eh como el pepino europeo porque el de acá también es tremendamente grande) cortado a rodajas machacado y fritado, riquísimo, además colabora en el mantenimiento del choriceo estomacal, acompaña al frijol y el arroz y todo montado en un plato alrededor de una ropa vieja, carne sabrosa con el sabor inconfundible del culantro más conocido como cilantro, de beber, ya le aprendiste al lugareño, nada de alcohol durante la tostadera solar, ni una cervecita Soberana suave fría mmm NO, así que jugó, rica comida salada con jugo de guayaba o maracuyá al gusto del consumidor, pero no
toda la dicha es desdicha, que nunca lo fue, sino disfrute y aprendizaje, ya metido en una tarde cualquiera te llega del cielo como agua fresca una sonrisa de oreja a oreja, linda morena con el tumbao esbelto y sereno dejando que veas sin que veas nada, y tu como decía aquel avispado barman sevillano, la ocasión se lo merece, dices, nos merecemos unos mojitos, yo prefiero sangría, al final una terraza palmeada en el casco viejo, Búzios, con Vinicius y Blades de fondo te estimulan una agradable conversación que acaba entre miradas caricias y besos, te dejas llevar al mirador donde ves la ciudad entre la penumbra de las 10 pm, el skyland de fondo metido en el pacifico desborda luz y color invitándote a mantener la sonrisa serena a gusto de la compañía, en la mañana te despiertas con la boca algo seca y las sabanas revueltas, entre confuso te preguntas soñé, cuando un suave escalofrió te recorre de pies a cabeza recordando la sonrisa con la que empezaste la tarde y ahora la sientes como el principio de una linda y seguro que duradera amistad.